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LA CREMA DE PUERROS
Me gustaría enfocar esta reflexión hacia un tema que me inquieta desde hace ya un tiempo. Me refiero a que con bastante frecuencia, me voy encontrando personas en el mundo del Tai Chi (aunque podría ser en cualquier otra disciplina tanto oriental como occidental) que aseguran que su Tai Chi es el original, el auténtico, o que el Tai Chi es esto y no lo del otro... Me parece una postura muy arrogante.Podemos encontrar dos grandes enfoques dentro del Tai Chi Chuan: una línea más tradicional en cuanto a transmisión y contenidos; y otra que ha ido absorbiendo tendencias y evolucionando en otra dirección, según el lugar donde se haya ido desarrollando. Ambas tendencias se han dado hasta hace no muchos años en China, y ahora también en el resto del mundo.​Cuando el Tai Chi Chuan llegó a E.E.U.U. y a Europa se encontró con un tipo de vida muy diferente al de su país de origen. Una sociedad con un ritmo y unos objetivos diferentes, con otra visión de la vida. Una sociedad en la que la juventud, harta de guerras y tras su decepción espiritual con el catolicismo, estaba sedienta de prácticas exóticas con orientación místico-espiritual. Por otro lado, se abrieron nuevos campos en la psicoterapia y también surgieron diferentes tipos de trabajos psico-corporales y de crecimiento personal occidentales.Por lo tanto el Tai Chi, tuvo que convivir en este desconocido “marco” con las nuevas corrientes que iban emergiendo. No es de extrañar que en pocos años aparecieran las primeras “fusiones” que, según sus creadores, hacían el arte más cercano y adaptado a la cultura occidental. Por supuesto también existían los enfoques más tradicionales, aunque estos tardaron un poco más de tiempo en encontrar su lugar aquí.Hoy, en el año 2007, se podría decir que coexisten ambas tendencias. Y digo “se podría decir” porque en realidad rivalizan, compiten y ostentan cada una de ellas “la verdad” del Tai Chi Chuan.​Como decía al principio me molesta que se intente desprestigiar a los demás. El Tai Chi, tanto “tradicional” como “adaptado”, ha ido e irá evolucionando porque es algo vivo y una herramienta eficaz.En la enseñanza tradicional y jerárquica, cada maestro siempre ha ido innovando y aportando sus investigaciones a la práctica; por lo que desde un mismo maestro, podemos encontrar diferentes enfoques entre sus primeros discípulos y los últimos. Mi opinión es que, normalmente, estas aportaciones son fruto de una profundización y dedicación, dignas de respeto. Sin embargo oímos descalificaciones de unos estilos a otros, o entre diferentes escuelas de un mismo estilo.Los mismos descréditos se dan en las diferentes vertientes dentro del enfoque no tradicional o “adaptado”. Pondré un ejemplo para explicarlo: imaginemos que queremos hacer una crema de puerros. Vamos a la nevera y nos damos cuenta de que sólo tenemos un puerro, por lo que decidimos añadir una patata, un calabacín, una zanahoria y una lechuga. Es posible que la crema resultante sea más rica que la que tenga exclusivamente puerros (aunque dependerá del gusto de las diferentes personas). Incluso, podría ser también que fuera más fácil de digerir. Pero lo que no podemos hacer es abrir un restaurante y decir que ESA es LA CREMA DE PUERROS. Sería más acertado decir que es una versión de la crema, pero no que es la AUTÉNTICA .De la misma manera, cada enfoque que podemos ofrecer no es EL ÚNICO TAI CHI, sino una interpretación del mismo.​Otro frente está entre unas escuelas que defienden exclusivamente la práctica de la forma, el qi gong y la meditación obviando su aspecto marcial, y otras escuelas que se centran exclusivamente en el aspecto marcial o en el competitivo, sin viajar hacia los planos emocional ni mental-espiritual…¿No son marciales los movimientos que se realizan? ¿No es la meditación en muchos momentos una lucha interna con uno mismo? ¿No fueron unos monjes los que desarrollaron la práctica a partir de unos ejercicios que les había enseñado otro monje, Bodhydarma? ¿No es la Paz el destino del arte marcial?¿Quién se atreve a decir cuál de las dos opciones es la verdadera? La respuesta que se nos ocurre es que el Tai Chi es la unión de las dos; sin embargo no es lo que se suele ver.​Y mientras tanto oímos críticas, juicios, desprecios... pero ¿en qué empleamos el tiempo? El profesor que se dedique a criticar a los demás profesores o escuelas seguramente necesita que los que le escuchan, le apoyen y le valoren; posiblemente se siente, en realidad, inseguro de lo que enseña, tiene miedo y decide competir con el vecino.Es también un problema ético: ¿quién nos da derecho a juzgar y sentenciar a otros profesores, colocándonos para ello por encima de ellos? ¿Dónde está la humildad que tanto pretendemos lucir; dónde, la compostura y la integridad? En estos casos veo sobretodo vanidad, soberbia y altanería.​Cuando un alumno decide empezar a estudiar con otro profesor, a veces el profesor trata de convencer al alumno de que es mejor que no vaya con el nuevo, incluso convencido de que no es conveniente para él y que le evita caer en un error... ¡qué cutre! Si no somos capaces de incentivar a nuestros alumnos para que investiguen, aprendan con otros profesores e incluso se equivoquen para que puedan después progresar, estaremos convirtiendo nuestro sistema en algo cerrado y estancado. Estaríamos entrando en una relación competitiva e insana con el resto de profesores.Puede también, que alguno de nosotros descubra algo interesante para la práctica del arte, o para su estructuración y difusión, su evolución, su teorización o su transmisión. Pero esto tampoco nos da el derecho de creernos superiores y llegar a despreciar lo que no está acorde con nuestra manera de entender el Tai Chi.Este tipo de casos también nos pueden hacer perder el respeto por los demás.​Nada más alejado de lo que, en mi opinión, pretendemos conseguir con el Tai Chi. Cuando leí por primera vez el Tao Te Ching de Lao Tse, lo que más me quedó grabado fue la insistencia en la humildad, en el quitarse importancia, en no ser arrogante. ¿Hacia dónde vamos si en lugar de entregarnos a la práctica y su transmisión empleamos la mayor parte de nuestra energía en criticar, desvalorizar y desprestigiar a los demás; y en justificar nuestro enfoque como el mejor, o peor aún, como EL ÚNICO? Lo que conseguimos así, es precisamente desprestigiar al Tai Chi Chuan.​Otro aspecto negativo de todo esto es cuando afecta a nuestras relaciones personales. He visto relaciones de amistad de muchos años (incluso relaciones de pareja) que se han roto a partir de un desencuentro provocado por el enfoque en el Tai Chi. Me resulta muy triste y creo que en realidad, cada uno de ellos no ha podido aceptar que la persona a la que quiere, evolucione de una manera diferente en su práctica. Cuando nos ocurren este tipo de cosas deberíamos preguntarnos si estamos entendiendo la Vía, si realmente sabemos para qué practicamos.​Todo esto es motivo suficiente para promover y aconsejar los diferentes encuentros abiertos o festivales de Tai Chi Chuan, ya que ayudan a romper barreras, quitar miedos y sobretodo a compartir y aprender de lo que los demás saben. No seamos tan soberbios de creer que tenemos todo lo que necesitamos, abramos nuestra mente a otros enfoques; eso sí, con un buen criterio propio para saber dónde está el grano, y dónde la paja.​Creo que merece la pena estar abierto y respetar los diferentes puntos de vista en nuestra práctica, evitando pensar que el nuestro es el auténtico y lo tiene todo.La duda, sin que llegue a ser obsesiva, es un buen síntoma de apertura y de búsqueda; ambas imprescindibles en nuestro camino. Juanolo, 15 de julio de 2007